Un día como hoy se dii uno de los momentos más vergonzozo del fútbol argentinos.
El “fútbol argentino es un desastre”, “AFA es una mafia”, parecían frases exageradas.
Pero créanme que cayeron a la perfección para lo que pasó el 3 de diciembre de 2015. El “38 a 38”.
Aquel día era importante para la AFA. Iban a tener lugar las primeras elecciones después de casi 40 años. Los candidatos eran Luis Segura, por el lado del oficialismo, y Marcelo Tinelli como oposición.
Las vocas de urna indicaban un resultado apretado. Algunas a favor de Segura y otras para Marcelo. Pero nadie imaginó lo que iba a susceder.
Eran 75 los concurrentes a la votación, por lo que aquel con mayor cantidad de votos se hacía directamente de la presidencia de AFA.
Se hizo la votación, se produjo el conteo y las caras que se veían eran de estupor, de sorpresa. Daba 38 a 38.
No puede ser. Contemos de nuevo, dijo uno de los integrantes de supervizar ese acto, entre los cuales estaba el vice de Talleres Rodrigo Escribano.
Y otra vez, 38 a 38. Ni Tinelli, ni Segura, ni la gente lo podrían creer. Parecía un chiste, una broma de mal gusto. Pero era la realidad.
Votaron 75 y empataron 38 a 38. En la conferencia que hicieron conjuntamente no se pudo explicar lo inexplicable. Posteraron una elección que nunca volvió a realizarse con esos candidatos.
Vino la intervención de AFA, con Armando Pérez a la cabeza, y luego la asunción de Chiqui Tapia por unanimidad, sin siquiera un contrincante en los comisios.
Segura desapareció del mapa poltíco deportivo y Tinelli se alejó un timpo para volver como presidente de la Liga Profesional.
El tiempo puede pasar. Pero nada va a ser que olvidemos el día más bochornoso en la historia del fútbol argentino
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