El ex jugador de Belgrano se refirió a la posibilidad si el Luifa lo convoca para formar parte del proyecto con el que busca llegar a la presidencia del club de Alberdi.
Ex jugador del club, hincha y asesor deportivo. José Luis Villarreal conoce el club desde varios ángulos, aunque ahora está con un proyecto personal en Estados Unidos, el Negro no pierde la conexión con su Belgrano querido.
El ex volante central, también de paso por Boca Juniors y River Plate, repasó su amor por el Pirata en una nota que le realizaron en TNT Sports. Donde también tocó el temas de las próximas elecciones en Alberdi.
¿Qué locuras hiciste por Belgrano?
Mi mujer siempre me dice que hubiéramos quebrado por Belgrano. Desde prestar plata para pagarle a mis compañeros cuando jugaba a tomarme un avión a Córdoba -cuando estaba con Omar Labruna en Colo Colo- para reunirme con el papá de Messi porque queríamos desarrollar un proyecto en Belgrano. Es el club que amo, le doy todo. Yo soy un agradecido de Boca y River, pero el amor que tengo por Belgrano…no lo puedo explicar. No es que soy hincha desde que tengo seis años, sino que me enamoré cuando me puse la camiseta.
Ahora se vienen las elecciones, de una lado está Luis Artime y ya me están jodiendo (sic) ¿Qué pasa si me llama Artime? Estoy obligado a escuchar porque el amor por ese club es incondicional.
¿Crees que estar en la Primera Nacional es pasajero?
Yo estuve como asesor deportivo en el 2009, esta conducción deportiva lo que tiene es que manejan el club como si fuera una empresa, entonces duré un año y medio. A los 20 días me quería ir porque no podía tomar decisiones. Por eso a Olave le pasó lo mismo.
¿Te pasaron cosas extrañas cuando jugaron la promocion Belgrano y River?
Sí, fue una sensación extraña. Estaba en Chile dirigiendo Audax Italiano con Omar Labruna, quien me decía que era un trámite para River. Yo le decía que le iba a comer el hígado Belgrano. Entonces jugamos un asado para 27 personas, imaginate me iba a salir 2 mil dólares. Nunca le ví a Labruna así, estuvo como 10 días sin afeitarse, ese descenso lo mató.
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