El defensor de Racing de Córdoba retornó a su ciudad Villa María para continuar la cuarentena junto a su familia y sigue entrenando.
La cuarentena para Fernando Maldonado lo agarró en Córdoba, donde se entrenó junto a su compañero de equipo Franco Schiavonne en el edificio que comparten en el barrio General Paz. Ahora el defensor retornó a Villa María y, junto a su familia, continúa trabajando a al espera de la vuelta y que se termine el efecto del COVID 19.
El defensor habló en el Instagram Pasión de Multitudes donde contó cómo vive este particular momento: “recién el miércoles pasado llegué acá. La gente se empieza a relajar, deberíamos cuidarnos un poco más, pero hay que analizar cada situación porque a muchos no le queda otra que salir. Acá, cerca del centro, hay mucho movimiento”.
Maldonado, realizó los entrenamientos las primeras semanas, junto al Kako con quien mantiene una muy buena relación: “me decían que me habían adoptado”, contó entre risas por la definición de su compañero que vive con su pareja. Y agregó: “eso ayuda a que sea más llevadero, pero es difícil estar lejos de la familia en un momento así”.
Uno de los puntos más difíciles de la cuarentena es lo emocional, por eso el marcador central de la Academia destaca donde hacer foco: “uno trata de poner la mejor onda, de no pensar tanto porque no sabemos cuanto va a durar esto, ojalá que podamos volver a la normalidad pronto. En lo físico…te dan ganas de ir a correr 1000 metros. Es momento de preparse lo mejor posible para cuando toque volver”.
Sobre el final de la nota, el villamariense recomendó que “hay que cuidarse, pensar en el otro y en la familia”.
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